En los inicios de la formación policial, algunos departamentos requieren que sus oficiales pasen las pruebas de aptitud física de forma regular (generalmente anual). Muchos departamentos a los que les gustaría implementar tales programas están sofocados por los mismos oficiales quienes intentan protegerse en el confort.
Algunos departamentos y unidades tienen programas de acondicionamiento físico obligatorios y otros voluntarios. Los que tienen programas obligatorios a veces han enfrentado la resistencia de los funcionarios policiales y en algunos casos de los sindicatos policiales.
Por ejemplo en los Estados Unidos hay departamentos que tienen exámenes de aptitud física por lo general ofrecen incentivos (monetarios o de tiempo libre) para los oficiales que participan en programas de aptitud física. Seguramente pensarías que el simple beneficio de estar en buena condición física sería un incentivo suficiente para la mayoría de los oficiales, pero, lamentablemente, algunos necesitan una razón más para cuidarse a sí mismos.
Uno de los programas más exitosos que conozco fue el de una agencia pequeña (8 oficiales) en Illinois. El programa allí era voluntario, y no había incentivo monetario para participar en el programa. Pero tuvo éxito porque se convirtió en parte de la cultura de la agencia policial. Casi todos los oficiales, incluyendo el jefe y el personal de supervisión, participaron. El único incentivo que tenían si mantenían los estándares era una raya en los costados de sus pantalones. Esos tipos llevaban esa franja con orgullo. Muy pocos oficiales no participaron en el programa. Si alguien no te dijera sobre la franja, nunca sabrías su significado.
Algunos unidades especiales de la policía emiten un pin para usar en la camisa de uniforme del oficial para demostrar que han cumplido con los estándares de aptitud física de la unidad.
Los programas de acondicionamiento físico a menudo enfrentan desafíos de imparcialidad. Los estándares deben ser justos, razonables y alcanzables. No conozco ningún programa de ejercicios que tenga como objetivo convertir a los oficiales en superhombres. (No importa qué tan bien esté, siempre habrá alguien más grande y más fuerte). Pero uno de los objetivos principales de estos programas es detectar condiciones potencialmente peligrosas para la vida en un oficial de policía que, de lo contrario, pasaría inadvertido hasta muy tarde.
Los oficiales de policía vienen en muchos tamaños y edades, y a los mayores les es en algunos casos más difícil cumplir con los estándares de los oficiales más jóvenes. Muchas veces las oficiales femeninas tienen estándares diferentes a los oficiales masculinos. Algunos oficiales tienen limitaciones físicas que, si bien no les impiden las funciones diarias, les impedirían realizar ciertos tipos de actividades físicas.
Algunos oficiales ven estos programas como una forma para que la gerencia los elimine. Ese nunca debe ser el objetivo de un programa de acondicionamiento físico.
El objetivo debe ser garantizar que los oficiales puedan realizar su trabajo físicamente, y aquellos que no pueden hacerlo reciban ayuda y objetivos alcanzables para garantizar que puedan lograrlo. He acudido a demasiados funerales de oficiales asesinados en cumplimiento del deber, pero incluso más que murieron antes de la jubilación debido a condiciones de salud que podrían haber evitado o retrasado con el entrenamiento
físico.