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Irse de Venezuela

Ayer conté 45 ‪#‎amigos‬ y conocidos que se fueron en el ultimo trimestre; mi compadre y 4 de mis ‪#‎entrenadores‬ también se van en próximos días. La cotidianidad de los venezolanos transcurre entre despedidas, madres y abuelos huérfanos, esfuerzos por comprender el fenómeno de lo que llamo “la salida de ‪#‎venezuela‬”, e interminables fotos del piso del ‪#‎aeropuerto‬Simón Bolívar que han convertido la ‪#‎Cromointerferencia‬ de Cruz-Diez en el símbolo de los que se van.
Tengo afectos regados por el mundo. Tengo una familia en casi cada continente. Los amo y los extraño, pero vivimos en países diferentes y nuestras cotidianidades nos separan. No los juzgo, no los critico. Por mí, aquí siempre podrán regresar.
No quiero convencer a nadie de que se quede, tampoco de que se vaya. Creo que la emigración, como experiencia vital, es enriquecedora para todas las sociedades. Lo que uno no puede hacer es huir de uno mismo. Y ese “uno mismo” está inexorablemente ligado a “nosotros”. ¿Quién va a contar esta historia? ¿Quién va a escuchar los cuentos de los viejos? Y si todos nos vamos ¿quién cuenta el cuento de esta generación?
Mientras seguiré respondiendo por ‪#‎Whatsapp‬ a Howard, Duby, Erick, Naty, Frank, Isabel, Nairobi, Luis,Neyla, etc “bien”, “ahí vamos”, “cada uno en lo suyo”, “creciendo”, «Guapeando»
Feliz Viaje Muchachos.

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