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Cuidado con lo que escribes, no sabes quién te Lee…

Alguien me dijo hoy, se fuerte no sabes a quién estás inspirando…

Esa persona me escribió hoy:

«No sé si te acordarás de mí… Estuvimos escribiéndonos hace unos meses; me puse en contacto contigo para darte las gracias por haberme transmitido tanta fuerza desde tu blog, por tu inspiradora trayectoria y te comenté que hacía poco había reprobado el último examen para ingresar en @pixar , pero que justo entonces te había descubierto y me habías inyectado muchas ganas de seguir adelante, de no abandonar nunca mis sueños…

Pues bien, hoy te escribo para decirte que… ¡He aprobado la prueba!  Además de querer agradecerte la cuidadosa atención que dedicas a tus lectores, quería hacerte saber que justo una semana antes de examinarme leí una entrada en un blog sobre cumplir sueños, Te mando un abrazo enorme. Sigue así, tus lectores te queremos y admiramos mucho desde el otro lado de la pantalla️.
GRACIAS por enseñarnos a ahombrarnos y cumplir sueños»

Como puedes imaginar me cayeron lágrimas y lágrimas leyendo un DM tan bonito y que desprende tanto agradecimiento. Por supuesto, ella sabe y así se lo dije, que todo el mérito es suyo, pero pensar que he podido dar una pizquita de ánimo a alguien desde aquí, me llena. Me llena mucho y me hace sentir muy bien, no lo puedo negar.

Ser un huevón como yo, está bien, pero nada es comparable al sentimiento de pensar que estás ayudando (aunque sea un poquito a alguien).

Así que hoy te digo intenta ser amable, sonreir, saludar y echar una mano a esa persona con la que te cruzas en el autobús, en la caja del supermercado, en el trabajo.

Cada uno tiene sus problemas y (como dice una frase que leí hace tiempo) muchos están librando su propia batalla, así que se amable.

Nunca sabes lo que puedes ayudar a otros haciéndolo.

No es mantequilla ser fuerte aquí, de hecho este zapato me aprieta y nadie me va a decir, toma Carlos vamos a inyectarse 200.000 a tu idea, ni si quiera mis propios 360 me dicen ven para que te ganes 1 USD. Pero con 41 años, días negros, grises y otros claros, se que huelo a billete…

PD: mándame una birra y quedamos tabla.

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