Con los años que han pasado me volví más consciente de la comida saludable (hace unos 5 a 6 años aproximadamente) he visto y creído muchas cosas con respecto a mi propia alimentación y también con respecto a las últimas tendencias de fitness y nutrición. Desde las dietas bajas en carbohidratos, las altas en proteínas entre tantas otras más. he visto muchas, seguido algunas y desde hace algunos años decidí que simplemente había cosas que no iba a seguir haciendo. ¿Por qué hacer lo mismo que hacen todos cuando nuestro cuerpo es tan único y diferente? No tiene sentido. Un día me planteé que era hora de dejar atrás todo eso que ya no me aportaba nada y quedarme con todo ello que me hacía sentir bien, sano y con mucha de energía.
1. Creer que ‘dieta’ es lo mismo que ‘alimentación saludable’
Estoy claro que la palabra dieta se refiere a un cierto tipo de alimentación, sin embargo, es usada actualmente para referirse a lo que sucede cuando intentamos reducir nuestra ingesta lo más posible para perder peso. En general creo que es una práctica que se hace sin cuidado, sin un erspecialista al lado y que muchas veces hace que nos perdamos muchas vitaminas y minerales.
2. Contar las calorías de mis alimentos
A la hora de evaluar los alimentos que consumirás siempre es mejor preguntarse ¿qué tan procesado es? y no ¿cuántas calorías tiene? Sí, esa manzana gigante puede llegar a tener más calorías que tu snack bajo en grasas y en azúcares, pero es un alimento natural y tiene vitaminas que tu cuerpo realmente necesita.
3. Designar parámetros y reglas a la hora de comer
Horas para comer, comer cada cierta cantidad de tiempo, alimentos prohibidos, alimentos permitidos. Todo eso ha quedado en el pasado porque he decidido simplemente escuchar a mi cuerpo: tengo hambre, necesito comer y si mi cuerpo pide algo salado o algo dulce ni de vaina o algo fresco y crujiente, entonces eso es lo que le daré. Tu cerebro es sabio y tu organismo también.
4. Estudiar tu progreso
… pero de forma incorrecta: sólo me compararé conmigo mismo y nunca con los demás. Soy alto y delgado, mi contextura ósea nunca me permitirá tener una musculatura brutal a menos que me haga un ciclo de esteroides. Mi cuerpo es el mío, así como el tuyo es el tuyo y puede hacer cosas que el mío no puede. Cada cuerpo es único y la única comparación que puedes y debieses hacer es contigo mismo
5. Pensar que las frutas y vegetales son la única comida saludable
Los carbohidratos también son necesarios, el cuerpo también necesita grasas buenas para funcionar.
6. Hacer ejercicio sin nunca darme tiempo para descansar o ser perezoso
Descansar también es una necesidad, por mucho que la gente en general te diga lo contrario, así que si hoy te sientes cansado, quizás es señal de irte a casa a dormir unas horas más y saltarte el gimnasio. El mundo no se acaba, de hecho, es al revés, porque estás cuidando de ti mismo.
7. O hacer ejercicio…
Pero que no me motive. Hacer algo porque tienes que hacerlo es la peor sensación del mundo. Ya tenemos suficientes obligaciones como para agregar una más.
8. Pensar que siempre hay una forma más fácil de hacer las cosas
No, no hay atajos, no hay caminos especiales y tampoco hay meta. Este es un viaje para toda la vida, un viaje lleno de amor, por cierto, donde amas y honras tu cuerpo.
9. Creer que hay que hacer las cosas en un orden particular
No necesitas completar ciertas metas para hacer eso que tanto quieres. El tiempo es ahora, y no habrá mejor momento para ponerse ese short que tanto te gusta para correr o un traje de baño para ir a nadar sin pena. No necesitas cumplir ninguna meta.
10. Monitorear mi peso y creer que es el único indicador de mi salud
El peso es un indicador muy pequeño de todo lo que pasa en nuestro cuerpo y de hecho, es más que posible estar enfermo o tener deficiencias aún teniendo un peso adecuado. Olvídate de la pesa y concéntrate en tus niveles energía y la forma en la que te ves y te sientes.
Bueno ya lo tienes! a dejarlo todo y comenzar a vivir
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