A diario Nos venden ideales físicos de belleza que con frecuencia distorsionan nuestras verdaderas expectativas sobre los seres humanos y lo que es más dañino, sobre nosotros mismos. Con repetición a veces insaciable acometemos proyectos de cambio , con la intención de modificar nuestro físico. “ Vengo a perder peso” me dicen en la clase360.
La pregunta inteligente en ese momento sería:
-“¿Para qué?”
-“Por salud” ,contestas en primera instancia.
Replico:
-“No en serio…¿para qué?” . Les inquiero con insistencia…”¿Para estar más guapo? ¿Para conquistar más? ¿Para parecerte a alguien?
Muchas veces , admiramos una foto en una revista, en una web , que nos empuja: “ Yo quiero estar así, me voy a poner a dieta y a entrenar para estar justo como él…como ella.”
En esas muchas veces una imagen deseada marca nuestro objetivo, y no tenemos en cuenta quiénes somos, qué herencia genética adquirimos, y cuál ha sido nuestro relación con el entorno hasta el día de hoy, es decir, cuál es mi genotipo o herencia y cuál es mi fenotipo o resultado final de mi herencia causado por el entorno .
Podemos dar un paso a un lado, pero no dos, si nacimos con un perfil endomórfico(rellenito), no pretendas ser delgado esquelético, podrás estar en tu peso si te alimentas como es debido y te mueves como nuestros genes aprendieron a moverse, pero no conseguirás el físico de la chica de la pasarela que tanto te animó a empezar a comer bien y a entrenar. Acéptate como eres, entrena y come bien para desarrollar la mejor versión de ti mismo, tu “yo” puro , y aléjate de estereotipos físicos ,que en la mayoría de los casos no son reales. Aliméntate y muévete por lograr la salud que te proyecte a una vida duradera y sana, y deja a un lado la báscula mas allá de lo que tu genética te propuso.
Luchar por un presente mejor , sí , pero no por un futuro imposible. Además la única lucha ganada que te garantizas con un estilo de vida humano y sano, es el de la salud. La lucha contra el espejo , es sin duda una lucha sin sentido, no roba más que nos quita, “nos intoxica el alma hasta que corrompe el cuerpo.